PALOMA SAN BASILIO

"Un mundo de islas"

Fecha: 08-05-2020



Me gustaba la mezcla, el sonido de una ciudad en su día a día, gente yendo y viniendo, unos contra otros, sin edades, alturas, sexos. Toda una amalgama viviente, bulliciosa y líquida.
No puedo concebir un mundo en compartimentos estancos. De repente, los mayores no pueden juntarse con los niños y los adultos más jóvenes se han convertido en figuras de un maratón de carreras sudorosas a ninguna parte.
 Las bicicletas invaden el espacio como ardillas surgidas de la nada.
Los paseos y horarios han dividido las emociones, y los sentimientos no se tocan, no vayan a contagiarse y todos sintamos lo mismo. Hay como una mirada extraña calculando la edad del que osa deambular por una franja horaria que se supone que no le pertenece.

El calor sofocante estos días convierte en víctimas a los de la franja intermedia que en principio era la población privilegiada que no necesita pensiones ni reglas muy estrictas. Población a la que hay que mimar para que siga produciendo. De vez en cuando una mamá con sus polluelos traspasa el horario asignado con la frase “vamos, corre que ya son las 7:00.Y a mi se me parte el alma y me entra una tristeza de exilio de la auténtica y maravillosa vida en la que todos nos mezclábamos. Porque creo que una sociedad que se atomiza tiene algo de desalmada y una calle en la que los niños, mayores y adultos no caminan juntos es una calle sin historia y con algo de Huxsleyana, en la que no me gusta vivir.
El “Soma “se ha apoderado de las personas convirtiéndolas en autómatas agradecidos por esas migajas de libertad que Papa Estado les ha concedido y ya nadie manda sobre sus propios pies y sus puestas de sol.


Paloma San Basilio.
8 de mayo de 2020.

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